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La Sombra De Isis

No es bonita la vejez

<b> No es bonita la vejez </b>

No es bonita la vejez. No es bonito en que nos convierte y en lo que nos convertimos para los demás.

Yo no tengo padre, ayer hubiera cumplido 89 años. Nunca fue un padre cariñoso al uso, fue un padre dictador y lleno de reglas y normas. Para los demás, eso sí. su escala de valores para sí mismo tenía otros colores.

En su escala familiar estaba, la recitud, el orden y el mando militar. No, no lo era, pero.

Tuvo una dura infancia, niño de la guerra civil. Quedó huerfano en plena pos guerra de padre. Siendo el varón mayor de una familia numerosa, con doce años se convirtió en el jefe de familia.

Esa situación logicamente le imprimió un caracter que acorde con la epoca le convirtió en un pequeño dictador.

Yo aprendí muchas cosas buenas de mi padre. Aprendí a luchar, a no conformarme, a rebelarme ante lo que yo creía injusticias, a no dejar que nada ni nadie me pisara. A saber mis derechos y ejercerlos.

Yo contaba siempre con su apoyo y su respaldo si algún trabajo no me parecía correcto o no estbana siendo dignos conmigo.

También aprendí a temerle, era un hombre de un gran caracter y si se daba el caso mano larga.

Cuando murió mi madre, aprendí a quererle a conocerle más y a sentor el caiño que te producen esas personas mayores que por tanto han pasado.

Y luego llegó la vejez, la autentica vejez, que coje a una persona y la va convirtiendo en la sombra de ella misma.

Las manías, los relatos repetidos, las limitaciones físicas, con el tiempo hasta la total ausencia de dignidad que traen consigo las enfermedades.

Jamás perdió la cabeza, ni su genio, ni sus "cojones". Pero la vejez es fea, muy fea.

Y cuando por fin se fue. Pudo más el alivio de librarse de ella que la pena por el ser querido.

Felicidades papá.

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