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La Sombra De Isis

CHAMPÁN Y MUJERES, LA PASTA HA LLEGADO

Por fin ha vuelto el dinero ¿? Las bolsas suben, los intereses bajan. Los ricos que tambien lloraban, vuelven a sonreir. Y los pobres, los de siempre, somos un poco más pobres y más exclavos si cabe.

Los millones de € son para los bancos, pobrecitos ellos que estaban sin liquidez. Yo los comprendo bien, sé de la tristeza de estar sin liquidez o más bien constantemente liquidada. ¿Como no iban a estar tristes?

Los gobiernos intervienen bancos, nos hacen más prisioneros. Ahora somos deudores del estado. Cuando nos roben ¿a quien pediremos cuentas? ¿al ladrón?

Hablan de la recesión real, no del número circense que se han montado unos cuantos para tener más el poder, la de a pie, la que nos va a liquidar un poco más si cabe. Sus soluciones, liberalicemos más el despido. Den crédito a las empresas. Subamos los impuestos.

Los que estamos jodidos somos más y los "poderosos" sin nosotros no son nadie. Quieren echarnos, ¡vale! ¿quien les va a sacar la producción de sus podridas empresas? ¿no nos dan crédito? ok. Que se coman con patatas sus pisos basados en especulación sin escrúpulo. O los Bancos que les financiaron haciendo su agosto bienal.

Tenemos el poder, somos el motor. Toda su tecnología no vale nada sin trabajadores. Hay que recolocar las leyes del juego. Somo muchos a opinar, no solo a acatar, porque el pueblo somos MÁS y valemos mucho MÁS.

VIENTOS DEL PUEBLO ME LLEVAN

Vientos del pueblo me llevan,
vientos del pueblo me arrastran,
me esparcen el corazón
y me aventan la garganta.

Los bueyes doblan la frente,
impotentemente mansa,
delante de los castigos:
los leones la levantan
y al mismo tiempo castigan
con su clamorosa zarpa.

No soy un de pueblo de bueyes,
que soy de un pueblo que embargan
yacimientos de leones,
desfiladeros de águilas
y cordilleras de toros
con el orgullo en el asta.
Nunca medraron los bueyes
en los páramos de España.

¿Quién habló de echar un yugo
sobre el cuello de esta raza?
¿Quién ha puesto al huracán
jamás ni yugos ni trabas,
ni quién al rayo detuvo
prisionero en una jaula?

Asturianos de braveza,
vascos de piedra blindada,
valencianos de alegría
y castellanos de alma,
labrados como la tierra
y airosos como las alas;
andaluces de relámpagos,
nacidos entre guitarras
y forjados en los yunques
torrenciales de las lágrimas;
extremeños de centeno,
gallegos de lluvia y calma,
catalanes de firmeza,
aragoneses de casta,
murcianos de dinamita
frutalmente propagada,
leoneses, navarros, dueños
del hambre, el sudor y el hacha,
reyes de la minería,
señores de la labranza,
hombres que entre las raíces,
como raíces gallardas,
vais de la vida a la muerte,
vais de la nada a la nada:
yugos os quieren poner
gentes de la hierba mala,
yugos que habéis de dejar
rotos sobre sus espaldas.

Crepúsculo de los bueyes
está despuntando el alba.

Los bueyes mueren vestidos
de humildad y olor de cuadra;
las águilas, los leones
y los toros de arrogancia,
y detrás de ellos, el cielo
ni se enturbia ni se acaba.
La agonía de los bueyes
tiene pequeña la cara,
la del animal varón
toda la creación agranda.

Si me muero, que me muera
con la cabeza muy alta.
Muerto y veinte veces muerto,
la boca contra la grama,
tendré apretados los dientes
y decidida la barba.

Cantando espero a la muerte,
que hay ruiseñores que cantan
encima de los fusiles
y en medio de las batallas.

Poemas de Miguel Hernández

 

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